Testimonios
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“Con qué poco, serecibe tanto”
Hola a todos, mi nombre es Gema, soy madre de tres niños y una niña, y quizá ellos han sido el motivo que nos empujó a mi marido y a mí a apadrinar a dos niños.
Como madre sé los sufrimientos y los sacrificios que hacemos cada día por nuestros hijos, de hecho, vivimos por ellos y para ellos.

Cuando las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucuficado me contaban en las condiciones que habían vivido algunos de los niños a los que ayudan en sus misiones, se me caía el alma al suelo. ¿En qué condiciones de extrema pobreza se encontrará una madre para dejar a su hijo ( que es lo que más se quiere) en la puerta de casa ajena?.Sentí la necesidad deayudar a esas madres para que no se vieran obligadas a abandonar a sus hijos.Una forma de ayudar era apadrinando a uno de esos niños. Por sólo 7,50 € al mes podía colaborar en la alimentación, la educación y en la salud de estos niños.

Podemos estar agradecidos por vivir en un pais desarrollado y con unas condiciones sanitarias muy favorables.Sin a penas percatarnos de ello, tenemos todo lo necesario para vivir.
A veces pasa por nuestra cabeza preguntas como:
¿Dónde va a parar el dinero? ¿Realmente va dirigido a estos niños? SÍ.
Puedo dar fe de ello y no os imaginais la satisfacción y la alegría que me produjo cuando llegó a mis manos las cartas de las mamás de estos niños dándonos las gracias, a mi marido y a mí, por nuestra ayuda. Un gracias grande y sincero, colmado de infinitas bendiciones.
Hace poco volvimos a recibir una carta de la mamá de Carla, en ella nos contaba que estaba superfeliz, que Carla ya tenía tres añicos y ya iba a entrar al “prekinder”, como llaman allí al ciclo de educación infantil y nos daba las gracias por el apoyo tan grande y la ayuda que recibía de nuestra parte.
También recibimos carta de la mamá de Radamel, otra mamá profúndamente agradecida que nos cominicaba la angustia que había sentido cuando su hijo tuvo que ser ingresado en el hospital por una neumonía y la alegría de que su hijo ya estaba recuperado y en casa.( Muchos niños mueren por no poder pagar los servicios sanitarios y las medicinas)
Es de aquí de donde salen estas palabras “ con qué poco se recibe tanto”.
A veces se nos hace cuesta arriba tener que abonar 7,50€ al mes, pero en proporción, es una ridícula cantidad para lo que realmente se recibe. Un GRACIAS tan sincero, nacido de una dura realidad. Me emociona y me encoje el alma cuando me pongo en el lugar de esas madres y pienso que en otras circunstancias, esos niños podrían ser alguno de mis hijos y yo alguna de esas madres.Y me entristece, mucho más todavía, pensar que muchos de esos niños no han podido conocer a sus madres. Pero Dios es grande y quiso poner en su camino a las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado para amarlos y cuidarlos como una madre ama y cuida a sus hijos, y a todas las personas que con nuestro granito de arena colaboramos para hacer posible esta gran labor.